A 65 kilómetros de la capital burgalesa, y muy cerca del río Pisuerga, se encuentra esta localidad muy cercana al canal de Castilla. Su nombre aparece por primera vez en el año 1071 , en el cartulario del monasterio de San Pedro de Cardeña.
Alguno de los hechos destacables en la historia de esta localidad es que fue behetría de mar a mar, podía escoger a su señor y despedirlo y cambiarlo cuantas veces quisiera, y según las antiguas ordenanzas era un pueblo cuyos vecinos tenían que pagar impuestos y donde estaba prohibido el avecindamiento de nobles e hidalgos.
A destacar en su patrimonio, su iglesia fortificada de la Inmaculada Concepción de María, de estilo tardogótico de tres naves, con columnas, arcos y bóveda de piedra, conservando un rosetón gótico. Como otras de la zona tenía la doble función de culto y defensa.